3. Las sombras de la conspiración

Aelarian caminaba por los vastos salones de su torre mágica, la mente nublada por las preocupaciones recientes. La amenaza de los saqueadores había crecido mucho más de lo que había anticipado. No solo eran bandidos en busca de riquezas, sino que había algo más oscuro detrás de sus acciones, algo que podía poner en peligro todo lo que Zepharia representaba.

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Una vez en su estudio, Aelarian se sentó frente a un antiguo mapa de la región y comenzó a concentrarse. Utilizando un hechizo de localización, susurró palabras arcanas mientras trazaba símbolos en el aire con sus manos. Un resplandor suave emergió del mapa, y pronto la figura de uno de los espías capturados por Kael se materializó ante él.

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—Muéstrame dónde estás —susurró Aelarian mientras el hechizo comenzaba a responder.

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Las coordenadas "-174 X 46" aparecieron en su mente, revelando una red de túneles subterráneos que llevaban a un campamento bien oculto. Sin perder tiempo, se dirigió hacia allí, utilizando el manto de la noche como su cobertura. Al llegar a las proximidades del campamento, se escondió entre los árboles y observó desde una distancia segura. Las seis torres se alzaban como guardianes vigilantes, protegiendo algo más valioso que oro o riquezas.

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Los susurros de los saqueadores alcanzaron sus oídos. Desde su posición, Aelarian logró escuchar fragmentos de una conversación entre los líderes del grupo.

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—Draluk está obsesionado con el Cristal de los Sueños —dijo una voz grave—. Si lo conseguimos, podremos controlar las conexiones entre los mundos. Zepharia será solo el comienzo.

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Aelarian sintió un escalofrío. El Cristal de los Sueños no era una simple leyenda. Recordaba haber leído sobre él en algún manuscrito antiguo, pero la idea de que alguien intentara usarlo lo llenaba de inquietud. Ese artefacto tenía el poder de alterar las barreras entre los mundos, una herramienta que, en las manos equivocadas, podría llevar a la ruina no solo a Zepharia, sino a todo Aetheris.

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Mientras Aelarian investigaba, en la ciudad, Lysandra y Kael trabajaban incansablemente para fortalecer las defensas. Los muros de piedra de Zepharia, aunque fuertes, no podían resistir la magia que los saqueadores planeaban liberar. Lysandra había pasado días en la torre de Aelarian, revisando cada pergamino y manuscrito en busca de información sobre el Cristal de los Sueños. Sabía que su poder podría decidir el destino de la ciudad.

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Una noche, mientras revisaba un antiguo cofre lleno de libros, sus dedos rozaron un manuscrito cubierto de polvo. El título apenas era legible, pero con cuidado lo abrió. Lo que encontró la dejó sin aliento.

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—Kael, ven rápido —llamó con urgencia.

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Kael, quien patrullaba las calles cercanas, llegó rápidamente. Lysandra le mostró el manuscrito, señalando los dibujos y las escrituras antiguas.

—Mira esto —dijo, señalando un pasaje en particular—. El Cristal de los Sueños fue dividido en tres fragmentos para evitar que alguien lo utilizara en su totalidad. Uno de esos fragmentos podría estar aquí, en Zepharia.

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Kael frunció el ceño.

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—Si los saqueadores saben esto, entonces no solo están buscando riquezas... están buscando un poder que podría destruir todo lo que conocemos.

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Lysandra asintió, su expresión grave.

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—Tenemos que encontrar ese fragmento antes que ellos. Si Draluk lo obtiene, no podremos detener lo que está por venir.

Al amanecer, Aelarian regresó a la ciudad, exhausto pero con información crucial. Al reunirse con Lysandra y Kael, compartió lo que había escuchado en el campamento enemigo.

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—Draluk ya sabe del Cristal —dijo, apoyándose contra una pared—. Está decidido a encontrarlo, y no se detendrá ante nada.

—Entonces no tenemos mucho tiempo —respondió Kael—. Tenemos que encontrar el fragmento antes de que lo hagan.

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Aelarian asintió.

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—Lo sé. Pero no es tan simple. Si realmente está aquí, podría estar oculto bajo capas de magia que ni siquiera yo puedo percibir fácilmente.

Lysandra mostró el manuscrito que había encontrado.

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—Este texto sugiere que el fragmento fue escondido cerca de las montañas al oeste de Zepharia, pero no hay indicaciones exactas. Solo un conjunto de pistas que debemos seguir.

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Aelarian tomó el libro y lo hojeó rápidamente, reconociendo algunos de los símbolos.

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—Esto es más antiguo de lo que pensaba —murmuró—. Necesitamos descifrar estas pistas y empezar a buscar de inmediato. Cada momento que perdemos, Draluk y sus saqueadores están más cerca de obtener lo que buscan.

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Con esa urgencia en mente, el grupo se preparó para una nueva misión: encontrar el fragmento perdido del Cristal de los Sueños antes de que cayera en las manos equivocadas. Mientras tanto, la oscuridad seguía creciendo, y el destino de Zepharia pendía de un hilo.