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September 8th 2024

2. Ecos del pasado

En lo profundo de Aetheris, en las coordenadas "331 x -105", se alzaba la magnífica ciudad de Zepharia. Fundada por el sabio Aelarian Zepharius, Zepharia era un bastión de conocimiento y magia, un lugar donde los secretos de los mundos convergían y donde el saber era más valioso que el oro. Aelarian, un hombre de barba blanca y ojos llenos de sabiduría, había dedicado su vida a estudiar los misterios de los portales dimensionales y los secretos arcanos que estos contenían.

Aelarian vivía en su torre mágica, situada en "145 x 187". Desde allí, vigilaba la ciudad y sus alrededores, cuidando de su gente y de los viajeros que llegaban en busca de respuestas. La torre, aunque por fuera parecía una simple cabaña, por dentro albergaba innumerables salas y pasadizos llenos de libros antiguos, artefactos mágicos y mapas de mundos lejanos.

Un día, mientras Aelarian exploraba un antiguo manuscrito en su torre, tuvo una visión. En su mente, apareció una imagen clara del monumento de Kyros, el Guardián del Equilibrio. Los pilares lisos, con símbolos brillando en ellos, parecían llamarlo. Aelarian sabía que tenía que ir allí. Había oído rumores de que el monumento estaba situado al noroeste de Zepharia, entre dos montañas, en las coordenadas "-154 x -103", un lugar envuelto en misterio y reverencia.

Aelarian emprendió su viaje acompañado por dos de sus aprendices más prometedores: Lysandra, una joven talentosa en la magia de la curación, y Kael, un guerrero fuerte y valiente, cuyo dominio de la espada era tan hábil como su deseo de aprender sobre las artes arcanas. Mientras caminaban por los bosques densos y atravesaban ríos cristalinos, Aelarian compartía historias sobre Kyros, explicando cómo este dios mantenía el equilibrio entre los mundos y prevenía el caos.

Al llegar al monumento, Aelarian se arrodilló ante los pilares. Los símbolos, antes ocultos en la piedra, comenzaron a brillar con una luz suave y pulsante. Aelarian sintió una presencia cálida y reconfortante, y una voz resonó en su mente: "El equilibrio debe ser mantenido, Aelarian. Tú serás mi emisario, mi guardián en este mundo." Sobrecogido, Aelarian supo que su destino estaba entrelazado con el de Kyros. Tenía la tarea de proteger el equilibrio y, con ello, los secretos que su ciudad había jurado guardar.

Mientras Aelarian y sus aprendices regresaban a Zepharia, Kael notó algo extraño. En las sombras de los árboles, figuras encapuchadas los observaban. Eran saqueadores, hombres de otras tierras, interesados no solo en los tesoros de Zepharia, sino también en los secretos que guardaba. Aelarian, Lysandra y Kael se prepararon para enfrentarse a esta nueva amenaza, conscientes de que los conocimientos y la paz de su ciudad dependían de ellos.

En los días siguientes, la presencia de saqueadores en las cercanías de Zepharia aumentó. Aelarian, consciente de los peligros que esto representaba, comenzó a escribir un tomo especial, El Libro de Zepharia. En él, registraba no solo los secretos de las dimensiones y las enseñanzas de Kyros, sino también advertencias sobre las fuerzas oscuras que amenazaban con desestabilizar el delicado equilibrio de los mundos. Lysandra y Kael se convirtieron en sus guardianes, protegiendo la torre y a su maestro de los peligros que acechaban desde las sombras.

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